Fiebre del Oro de nuevo.Por DAVID FICKLING
KALGOORLIE, Australia—En un patio de este aislado pueblo en el corazón de Australia hay señales de una nueva fiebre del oro.
Stuart Hooper, de 60 años, ha transformado materiales que consiguió en una ferretería y una mezcolanza de distintas piezas en un aparato que procesa alrededor de diez onzas troy de oro que cada semana extrae en su mina privada, a 240 kilómetros de Kalgoorlie.
El ex agricultor calcula que gana entre US$264.000 y US$317.000 al año. "No es difícil crear una planta procesadora. Simplemente hay que ser un poco plomero y electricista", dice.
El atractivo de los precios del metal, que llegaron a nuevos récord de más de US$1.800 la onza en agosto, está generando un regreso a la fiebre del oro en esta remota región.
Hooper es uno de los 6.000 buscadores de oro que están activos en el occidente de Australia, de acuerdo con la Amalgamated Prospectors and Leaseholders Association of Western Australia.
El Departamento de Minas y Petróleo del estado concedió 1.721 permisos de exploración a pequeños emprendedores en el primer semestre del año. Eso supera las 1.594 licencias otorgadas en todo 2006 cuando el oro rondaba los US$600 la onza.
En una industria dominada por la canadiense Barrick Gold Corp. y Newmont Mining Corp. de Denver, que sumadas generaron 15% de la producción mundial en 2010, Kalgoorlie es un raro rincón del mundo donde los mineros pequeños todavía tienen opción de explorar.
Situada cerca del límite sur de un yacimiento de 800 kilómetros de longitud formado hace 2.600 millones de años cuando el magma que contenía oro emergió desde las profundidades de la tierra en una serie de terremotos, la región que rodea a Kalgoorlie contiene alrededor de 6% del metal del mundo económicamente recuperable, según Geoscience Australia, una agencia del gobierno.
Con reservas tan abundantes, los buscadores de oro modernos en la zona son más que aficionados. De acuerdo con el gremio del sector, los productores pequeños generan entre cuatro y seis toneladas de oro en el estado cada año. En contraste, la mayor mina de Australia, propiedad de una alianza entre Barrick y Newmont, extrae 23,4 toneladas cada año.
Hace un siglo, los buscadores trabajaban en las corrientes de agua para encontrar el metal. Ahora, los detectores de metales son parte esencial de su equipo.
"A medida que más y más gente busca en el mismo lugar, se vuelve cada vez más difícil encontrar el metal", dice Nigel Moffatt, gerente de Perth Mint, la única refinería de oro del estado.
La refinería recibe cada semana entre 20 y 30 personas que venden pepitas o barras en bruto, dijo un empleado que pidió no ser identificado. "Cuando hay alzas en los precios como los de las últimas semanas, se ve un flujo un poco más fuerte".
Los trámites burocráticos han hecho que la búsqueda sea un poco más difícil en los últimos años. Todos los interesados deben obtener un permiso básico y los que se dedican a la actividad como algo más que un hobby deben pagar impuestos al gobierno local. También deben negociar frecuentemente pagos a los aborígenes propietarios de las tierras.
Saludos.
LBal.
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