jueves, 17 de noviembre de 2011


La Fiebre del Oro del Klondike.

¿Qué es lo que puede hacer que miles y miles de personas abandonen sus familias, sus hogares, sus pertenencias, y emprendan un viaje que no se sabe como terminará hacia una de las regiones más inhóspitas del norte 
de Canadá?
La respuesta está, como en muchas otras ocasiones, en el oro, el preciado metal que, en este caso, encontraron mediado el año 1896 varios indios en la ribera del río Klondike, cerca de Dowson City.

El hallazgo se conoció en EE.UU. en julio de 1987, cuando dos barcos que transportaban a mineros que volvían de las salvajes tierras del Yukon  con una fortuna en sus bolsillos, atracaron en San Francisco y Seattle.  La noticia, que llegó de inmediato a los oídos de una población sumida en esos momentos en la resaca de las crisis economicas de 1893 y 1896, motivó a muchos a emprender la partida en busca de fortuna y, en apenas seis meses, más de 100.000 buscadores marcharon rumbo a Klondike. Tan solo 30.000 llegaron a completar el viaje.

La mayoría de los stampeders poco o nada sabían del lugar hacia donde se dirigían, teniendo que valerse durante el trayecto de folletos que contenían poca o ninguna información fiable y exageraban lo que contaban sobre los yacimientos encontrados y de su capacidad de producción.  Esto último es fácil de entender si tenemos en cuenta que quienes editaban dichas guías eran, en su mayoría, comerciantes que deseaban atraer a aquellos aventureros y que vieron como sus negocios florecían gracias al material que debían llevar consigo: tiendas de campaña, ropa, herramientas para la minería, equipos de transporte, alimentos para poder subsistir durante un año...  En total, casi una tonelada de carga que debían acarrear obligatoriamente, ya que, sin ella, no se les autorizaba a cruzar la frontera de Canadá.  En ciudades como Seattle se amasaron grandes fortunas gracias a este comercio.

Había distintas rutas para llegar a Klondike. La conocida como la All Canadian Route, comenzaba en la ciudad de Edmonton y cruzaba todo el desierto helado, pero la más utilizada de todas era la que partía de la costa oeste de los EE.UU., alcanzaba Alaska, cruzaba el paso Chilkhoot, y descendia por el río Yukón hasta llegar a Dawson City.

Cruzar el paso Chilkhoot era una empresa realmente agotadora, ya que la altura de la montaña aumentaba 300 m. en un último tramo de apenas 800 m. Para facilitar el ascenso se cavaron en el hielo 1.500 peldaños a los que se les dió el nombre de la Escalera del oro, pero a pesar de ello, seguía siendo una pendiente demasiado inclinada para las caballerías, por lo que la carga debía ser transportada por cada cual de un lado a otro en innumerables viajes.
Pero la travesía por el paso White era aún más terrible.  Empinado, estrecho y resbaladizo, más de 3.000 animales de carga murieron en el camino, que pasó a conocerse también desde entonces como el Rastro del caballo muerto.

Y una vez cruzado cualquiera de ambos pasos, un último trayecto por el Yukón durante más de 800 Km. a bordo de pequeños paquebotes; un viaje de tres semanas durante el que muchos aspirantes a minero perdieron la vida o sus bienes en los numerosos rápidos que forma la corriente del río.

Por fin, una vez en Dawson City, los que habían sobrevivido a tanta penuria, lo único que conseguían encontrar normalmente era una gran decepción: los habitantes de la ciudad y los alrededores ya se habían hecho con los derechos de la mayoría de los yacimiento auríferos, y el traspaso de las explotaciones alcanzó un precio inalcanzable para gran parte de los recién llegados.

Por otra parte, obtener el oro suponía un esfuerzo titánico, ya que no se encontraba en la superficie, sino a diez metros aproximadamente bajo tierra, lo que, a una temperatura media de -15º C., obligaba a descongelar el terreno o esperar al verano para extraerlo.  La gran expectación que se despertó terminó siendo, realmente, un gran fracaso para los mineros, quienes vieron como mientras todas sus esperanzas de alcanzar la riqueza se desvanecían, los especuladores amasaban más y más dinero.

Saludos.
LBal.

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